La sostenibilidad repite como megatendencia

Transporte limpio, tecnología o transición justa: los conceptos ligados a la inversión responsable se vuelven a colocar a la cabeza de las preferencias de las gestoras para 2022

El fuerte ritmo de atracción de capitales que ha vivido la ESG este año no está provocando que los analistas sean menos optimistas con los sectores ligados a la sostenibilidad.

Las gestoras, de hecho, están mostrando de nuevo su apoyo a este tipo de tendencias, que tras los compromisos de la COP 26 -como el acuerdo para reducir el metano y la alianza de la industria financiera para impulsar la transición hacia el cero neto en 2050- o los avances regulatorios, como el Fit 55 europeo, están dibujando tendencias

Y hay acuerdo entre gestoras nacionales e internacionales. Por ejemplo, Santander Wealth Management & Insurance, que aglutina el negocio de banca privada, gestión de activos y seguros, señalaba esta semana que para el próximo año existían interesantes oportunidades de inversión en las bolsas, especialmente, en los ámbitos ligados a la innovación o las inversiones sostenibles.

El enfoque de su informe no podía ser más claro: invertir en un mundo en transición. Y destacaba el impulso político que se está dando a este cambio y que está acelerando el gasto público hacia estos objetivos.

«El número de países que se han comprometido a alcanzar las emisiones netas cero ha crecido rápidamente en el último año y ahora abarca más del 80 por ciento de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. En 2018 esa cifra era sólo del 15 por ciento», destaca José Mazoy, SAM Global CIO.

En este contexto, la apuesta ESG del grupo no puede ser más clara. «La transición ESG, no sólo verde sino también social, es la mayor oportunidad en nuestro radar de inversión y el tema de la próxima década», concluía Mazoy en su informe.

Transición con la sociedad

Quizás uno de los matices que se percibe más claramente en el enfoque sobre el dónde es en la popularización del concepto de «transición justa». La economía se va a ver obligada a sufrir un proceso de transformación que debe cuidar lo ‘social’ porque, si no, el riesgo de que la sociedad lo rechace es muy elevado.

Este fue, de hecho, uno de los temas clave que se trataron en el Foro Social Investor, celebrado el pasado 16 de noviembre, y una de las partes centrales del discurso del Secretario General del Tesoro, Carlos Cuerpo, durante su intervención.

Fidelity International, por ejemplo, la consigna como una de las tres grandes prioridades de la inversión ESG de cara al año que viene.

«Los países ricos se enriquecieron a lomos de las emisiones de carbono generadas por la industrialización. Es cierto que ahora están liderando los esfuerzos de descarbonización, pero el impulso para alcanzar la neutralidad no debería impedir a las economías en desarrollo prosperar ni a los trabajadores desplazados por tecnologías menos contaminantes encontrar un empleo provechoso», señala Jenn-Hui Tan, responsable mundial de supervisión e inversión sostenible de Fidelity.

«La nueva política de inversión en torno al cambio climático de Fidelity apoya esta idea y prioriza la inversión activa frente a las exclusiones pasivas en todas nuestras carteras. A lo largo de 2022 nos dirigiremos a los mayores emisores en el marco de nuestro diálogo activo enfocado en la transición, comenzando por los productores de carbón térmico», avanza.

Asimismo, la gestora será especialmente activa en su lucha contra la deforestación, ya que, desde su punto de vista es «una de las formas más sencillas y eficaces para eliminar el carbono de la atmósfera es natural», señala Jenn-Hui Tan.

«En todo el mundo, el capital natural ha estado infravalorado durante décadas. Y no es solo por la reducción de las emisiones que brindan los bosques, sino porque estos son también el hogar de la mayor parte de la biodiversidad terrestre del mundo y sostienen la seguridad alimentaria, el empleo y los medios de subsistencia de muchos millones de personas en todo el mundo», insiste Tan.

La tecnología: sí, si es sostenible

Incluso los sectores que tradicionalmente no están ligados a la sostenibilidad también se cuelan en la lista de preferencias de algunas gestoras como Janus Henderson, que se fija especialmente en los representantes y la investigación relacionados con el transporte sostenible.

«La electrificación es otro tema clave para 2022, con el transporte en un punto de inflexión», reflexionan sus analistas. «Las empresas que están avanzando en hacer asequibles los vehículos eléctricos gracias a la innovación podrían ofrecer interesantes oportunidades de inversión», señalan.

En este grupo incluiría empresas que desarrollan conectores, procesadores, administradores de energía, sistemas de seguridad, cableado o software.

En paralelo, Janus Henderson se fija en las empresas de recursos naturales, a las que califica como el nexo entre «el desarrollo sostenible y la descarbonización».

Un universo en el que esta firma encuentra varias áreas especialmente atractivas ligadas a los esfuerzos para recortar emisiones. Las empresas líderes en cada segmento serían sus favoritas. Concreta tres:

  1. Los metales necesarios para la electrificación de vehículos;
  2. Cambio de combustibles fósiles a energías renovables; y,
  3. Innovación en alimentos saludables que utilicen mejor la agricultura, dado que se espera que la población mundial crezca en más del 20 por ciento hasta 2050.

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