La regulación pondrá precio a la banca en bolsa

Las valoraciones del sector podrían cambiar a medida que se vayan incorporando riesgos climáticos. Los test de estrés son una de las primeras pruebas

Capital Fund Management (CFM) está mirando con lupa todas las formas en que la exposición climática de los bancos comienzan a afectar en el precio de sus acciones, a medida que los reguladores implementan normas ESG cada vez más estrictas.

Hasta ahora, las divulgaciones climáticas de los bancos no son lo suficientemente precisas para afectar de forma significativa a su valor de mercado, según explicó Pierre Lenders, responsable de ESG en CFM.

Pero con el aluvión de requisitos que se están implementando, desde los test de estrés climáticos a las normas de divulgación de emisiones, los inversores deben prepararse para un cambio importante, según Lenders.

Pérdidas más que posibles

En el caso de los test de estrés, puede que estos revelen “importantes pérdidas anticipadas” en los bancos, por lo que “estamos hablando de comenzar a integrar en los mecanismos de búsqueda de precios elementos que ni siquiera fueron considerados”, aseguró el experto en una entrevista. 

“Ciertamente puede propiciar una revisión de precios enorme”, dijo Lenders.

Los reguladores de la banca europeos comenzarán a trabajar a finales de este año en la adición de los riesgos del cambio climático al marco normativo para establecer requerimientos de capital, lo que supone un cambio que penalizaría a las entidades que no se hayan preparado para afrontar las pérdidas generadas por las condiciones climáticas extremas y los costes de descarbonización.

Estos preparativos seguirán las históricas pruebas de estrés que el Banco Central Europeo (BCE) comenzó este mes

Aunque no exento de controversia, el organismo señaló que se podría penalizará en capital a nivel individual a través de los requisitos de Pillar 2; algo que puede ser consecuencia de la identificación de los riesgos climáticos.

Las pruebas de estrés de este año también podrían incorporarse indirectamente al cómputo de solvencia, según apuntó el BCE en enero.

Riesgos probados

“Cuando veamos que se van a dar pasos reales por parte de los reguladores para obligar a los bancos a tomarse en serio la ecologización, entonces diremos ‘ok’. Ahora este factor es financieramente material”, explicó Lenders.

Actualmente, los bancos no están proporcionando suficientes datos para que los inversores tengan una idea real de dónde se encuentran los riesgos ESG, según han apuntado desde las entidades. Algunas han comenzado a divulgar las emisiones de sus clientes, también conocidas como Scope 3. 

Sin embargo, la información es irregular y difícil de comparar entre cada banco.

“Cuando miras los números e investigas, descubres que revelan pocas de las 15 categorías definidas en el protocolo de gases de efecto invernadero (GEI) de Scope 3”, apuntó el experto de CFM.

Los bancos a menudo han dado detalles muy específicos sobre cómo reducir sus viajes de negocios, por ejemplo, pero solo es “una parte muy pequeña de la historia”.

“No vas a decir que te gusta eso de JP Morgan y lo odias en Morgan Stanley, solo porque uno viaje menos que el otro. Lo que importa es lo que hacen en términos de financiación de la economía real”, explicó Lenders.

Desde el Acuerdo de París en 2015, los bancos han facilitado, mediante préstamos e intermediación de deuda, que la industria de los combustibles fósiles percibiera más de 4 billones de dólares.

JP Morgan, Citi y Bank of America contribuyeron a organizar la mayor cantidad de bonos de carbón, petróleo y gas en este periodo, mientras que Wells Fargo, JP Morgan y Citi fueron los mayores proveedores de préstamos, según reflejan los datos.

Asimismo, entidades financieras que controlan más de 130 billones de dólares en activos se han comprometido a alcanzar las cero emisiones en 2050, pero pocas han trazado un mapa convincente para lograrlo.

Promesas más fáciles de medir

Algo que ha provocado que el seguimiento de esas promesas climáticas conduzca a estándares más fáciles de medir.

A principios de este año, la iniciativa Science Based Targets (SBTi) aseguró que estaba buscando la forma de establecer un plazo más estricto para detener la nueva financiación de los bancos a los combustibles fósiles.

La Net Zero Banking Alliance, que incluye a JP Morgan, Citi, Bank of America y Wells Fargo, ha asegurado que requiere que los bancos construyan su ruta «hacia las cero emisiones con criterios creíbles y ambiciosos basados en la ciencia”. Sin embargo, aunque la alianza no ordena el uso de ningún verificador concreto, añadió que les da la bienvenida “como socios de SBTi”.

Aún así, algunas voces en la industria han advertido que la guerra de Ucrania y la profundización de la crisis energética que ha generado complica los esfuerzos de los bancos para dejar de financiar los combustibles fósiles. 

CFM aún no ha comenzado a comprar y vender acciones bancarias basándose en sus riesgos climáticos, según Lenders. Pero eso probablemente cambiar. “Va a ser un factor importante”, dijo.

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