Las infracciones empresariales contra la ESG van a más

Las cotizadas que sufren controversias acumulan pérdidas medias del 4% de su valor doce meses después de los problemas

Emisiones tóxicas. Fugas de aguas residuales. Trabajo infantil. Violaciones de los derechos de los indígenas. Soborno. Fraude.
Además del daño causado a las personas, las comunidades y el medio ambiente, estos son los tipos de irregularidades corporativas que pueden desencadenar pérdidas financieras negativas para las empresas.

Los ejemplos incluyen el escándalo de emisiones de 2015 de Volkswagen; el colapso en 2019 de la presa de Brumadinho de Vale, que mató a 270 personas; o los informes publicados este año sobre presuntos malos tratos a ancianos dentro de las residencias de ancianos de Orpea.

En el mundo la de inversión ESG, casos tan negativos y que crean daños reputacionales se los denomina como «controversias», y la realidad es que su número va en aumento.

Moody’s ESG Solutions ha detectado alrededor de 6.000 eventos de este tipo relacionados con ESG el año pasado, frente a las menos de 4.000 en 2020.

Este año se han detectado 6.000 controversias frente a las 4.000 del año pasado

Moody’s rastrea 38 tipos diferentes de «controversias» que van desde «menores» a «críticas». También evalúa cómo las empresas responden cuando surgen emergencias: ¿están tomando los ejecutivos decisiones proactivas para tratar abiertamente los problemas o son poco transparentes?

Las controversias comparte con la ESG que impactan en las partes interesadas, según explica Douglas Dwyer, director general de investigación en Moody’s Analytics.

Por su naturaleza, algunas tienen un efecto más directo sobre los accionistas que otras, apunta Dwyer. Por ejemplo, la explosión de una planta destruye valor o las multas fuerzan salidas de efectivo.

En contraste, la supuesta contaminación de pozos de agua, o la petición de un sindicato para abordar las condiciones de trabajo, puede resultar en costes añadidos para la empresa, pero se consideran eventos «menos directos», señala.

Las pérdidas en bolsa 12 meses después de una controversia se mueve en la horquilla del 1,3%-7,5%

En un estudio dirigido por Dwyer, Moody’s Analytics revisó las controversias ESG en más de 3.000 empresas que cotizan en bolsa entre 2013 y 2019. El valor medio de mercado de las empresas era de 11.700 millones de dólares y la pérdida media acumulada 12 meses después de una controversia equivalía a unos 400 millones de dólares, lo que suponía unas pérdidas del 4 por ciento. La horquilla de castigo en bolsa se movía entre el 1,3 y el 7,5 por ciento.

Si bien Moody’s no identifica empresas específicas, las industrias más susceptibles de sufrir controversias son las energéticas y la de recursos naturales, las constructoras, los servicios financieros y las de productos de consumo.

Las empresas de energía, porque deben gestionar las consecuencias ambientales de sus operaciones y los peligros para las personas y las comunidades en las áreas en las que operan.

En el caso de las firmas financieras, el escrutinio público y regulatorio es constante y se han producido numerosos casos de multas, acuerdos y juicios.

Y en cuanto a los productos de consumo, los fabricantes están en el punto de mira debido a la atención que reciben del público en general, lo que puede amplificar el impacto reputacional de las controversias ESG.

En los últimos años las empresas han estado más pendientes de cuantificar los rendimientos de la ESG. El resultado es que se ha encontrado «un beneficio significativo cuando se aplica una ‘cultura de gestión de riesgos ESG’ responsable dentro de una empresa, que puede tener un efecto potencialmente material en los rendimientos de las acciones”, señalan desde Moody’s.

La investigación también revela que las empresas que aprenden de controversias ESG pasadas y mejoran su riesgo ESG interno reducen un 15 por ciento el riesgo de sufrir nuevos problemas, que aquellas que no lo hacen.

“Encontramos que las empresas con un historial de controversias en ESG no resueltas tienen más probabilidades de volver a sufrirlas», señala el estudio.

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