La mayor planta para reciclar baterías en Europa carecerá de sentido hasta la próxima década

Glencore planea la mayor planta de reciclado de baterías en Europa sin que haya residuos suficientes hasta 2030 para que funcione a pleno rendimiento. Los inversores a corto se preparan

Por Mark Burton (Bloomberg) para Social Investor ● Glencore se une a Li-Cycle Holdings para construir en Italia una planta de reciclaje de baterías. Se trata de un proyecto que parece clave en la cadena de suministro para la automoción en plena transición hacia la energía verde, pero sobre el que ya sobrevuelan grandes incógnitas.

Las dos empresas estudiarán cómo convertir parte de una antigua refinería de plomo de Glencore en la Cerdeña (Italia) en una planta de reciclaje de metales utilizados por las baterías, como el litio, níquel y cobalto.

La instalación, que podría recibir luz verde en 2026 o a principios de 2027, tendría la capacidad de procesar de 50.000 a 70.000 toneladas al año de desecho de baterías para transformarlo en «masa negra». Ese volumen convertirá a la planta en la más grande de su tipo en Europa.

Las nuevas regulaciones obligarán a los fabricantes de automóviles europeos a volúmenes crecientes de metales reciclados para ensamblar las baterías de los coches eléctricos (EV) a partir de 2030.

Se crea así un fuerte incentivo para los recicladores de iones de litio, como Li-Cycle, a construir en la región este tipo de instalaciones.

Pero mientras las inversiones inundan el sector, éste debe gestionar una posible ruptura de suministro dado que la capacidad de reciclaje supera el volumen de deshechos disponible hoy por hoy.

Es probable que la escasez de esa chatarra persista hasta bien entrada la próxima década. Y es que la industria no espera que los primeros modelos de EV lleguen a los chatarreros hasta 2025.

Por ahora, el suministro solo puede satisfacer un tercio de la capacidad de reciclaje, según la consultora Circular Energy Storage. Mientras tanto, los recicladores operan con los deshechos producidos durante la fabricación de esas baterías que habrá que tratar en el futuro.

Una red «radial» de fabricantes de baterías para EV suministrará en primera instancia la planta italiana del holding. El plan es similar al que Li-Cycle, con sede en Canadá, estableció en Nueva York para activar sus instalaciones de Rochester.

Glencore, que compró la deuda de 200 millones de Li-Cycle como parte de un acuerdo de asociación el año pasado, podría prestar una solución alternativa en Nueva York si la empresa canadiense se queda sin materia prima en el futuro.

Implicaría complementar los suministros de litio, níquel y cobalto residual con materiales de las propias minas del gigante de las materias primas hasta que los desperdicios aumenten, explicó Kunal Sinha, director global de reciclaje de Glencore, el año pasado.

«Estamos construyendo un negocio independiente de reciclado de baterías, aunque ahora está bajo presión», confirmó Sinha.

«Algunos de los modelos de negocio basados solo en el reciclaje no tendrán éxito, o al menos estarán muy estresados, porque tendrán que esperar a que llegue toda esa chatarra que aún no existe», detalló.

Los inversores a corto están atentos

Glencore y Li-Cycle planean formar una empresa conjunta 50/50 para remodelar parte de la refinería de plomo existente en la Cerdeña. Glencore también financiará la participación de Li-Cycle en la inversión.

La rápida expansión de Li-Cycle ha llamado la atención de los inversores a corto, escépticos sobre su tecnología y desarrollo, apalancado en unos costes muy altos.

Sin embargo, en febrero la empresa recibió el apoyo del Departamento de Energía de EEUU. La administración estadounidense concedió un préstamo de 375 millones de dólares, que se destinará a la planta de Nueva York.

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