Carl Icahn renuncia al activismo animalista

El fracaso en McDonald's fuerza a Carl Icahn a abandonar una batalla similar contra Kroger. Da por hecho que no la sacaría adelante en la junta

No se puede ser bueno en todo. Ni siquiera si eres un activista de renombre y larga trayectoria en Wall Street y Carl Icahn parece que habría hecho una reflexión sobre ello. De acuerdo con Bloomberg, tras fracasar en su intento de asalto a McDonalds, el inversor ha optado también por renunciar a su campaña sobre Kroger.

El activista, con un enfoque muy similar al que planteó al gigante de la comida rápida, quería forzar a que la cadena minorista se asegurara de que se preservaban los derechos animales en la cría porcina en su cadena de proveedores.

Para controlar que la compañía ponía en marcha esta política de manera efectiva (McDonald’s siempre defendió que era algo que ya realizaba), Icahn quería incluir en el orden del día de la junta el nombramiento de algunos consejeros afines.

Este lunes, tras la mala experiencia en la cadena de comida rápida, ha renunciado a continuar con su campaña en Kroger. Carl Icahn asume que el resultado sería muy similar al visto en McDonald’s por la situación financiera de Kroger y ha preferido esconder el hacha de guerra y renunciar su propuesta de cara a la junta.

Desde el primer momento ya se vio que Icahn iba a fracasar con su primer movimiento de activismo ESG. Los asesores de voto le dieron la espalda en sus recomendaciones.

El gran inversor -famoso por sus éxitos en compañías como Apple– se ha visto obligado a dar un paso atrás en su primer movimiento activista con temática social, en el que ha cambiado completamente su estilo.

Icahn habría adoptado como suyo uno de los movimientos en los que está implicada una de sus hijas, aunque este tipo de propuestas no son su especialidad.

Por el momento, no obstante, Icahn no ha asegurado todavía que el paso atrás vaya a ser para siempre. El activista ha renunciado a su batalla este año, pero ha mostrado su insatisfacción por la falta de datos que aportan las compañías sobre cómo gestionan temáticas como el respecto hacia los empleados o hacia los derechos de los animales.

Tal vez sumándose al activismo más ligado a los derechos de los trabajadores –ese que le ha costado a Tesla abandonar la élite de la ESG– tenga más suerte.

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