Oro: 250 años sin inflación

Mientras el oro amplia su rebote, después de que la Fed subiera solo una vez los tipos de interés en[…]

Mientras el oro amplia su rebote, después de que la Fed subiera solo una vez los tipos de interés en un cuarto de punto, en vez de la exagerada amplitud recogida en la amplitud de los recortes previos en la cotización del oro y de otras divisas, la tendencia de medio y largo plazo en sentido bajista dista de estar amenazada.

La recuperación que roza los 1.235 dólares por el conjunto de los 31,10 gramos contenidos en cada onza, con algo de fortuna podría situarse de nuevo en los 1.255 dólares, una barrera que no sería fácil superar en el marco de acontecimientos actual y, aunque así fuera, más complicado aún sería que el oro llegara a superar los 1.285/1.290 que amenazarían con atacar la tendencia bajista principal de los últimos años.
Solamente un susto que siembre el miedo antes de amenazar con el pánico, podría otorgar posibilidades a una continuidad alcista que alterara el cuadro de expectativas a medio y largo plazo. 

El momento requiere paciencia para determinar cuál es la siguiente parada de los precios en forma de rango lateral y, así, establecer un plan correcto de actuación y gestión del riesgo acorde con el mayor reparto de probabilidades hacia nuevos recortes, cuyos soportes de control se sitúan en los 1.200 y los 1.180 dólares. 

Especulación frente a reserva de valor 

El oro hoy en día no despierta demasiado interés entre los ahorradores, ni como instrumento de reserva de valor, ni como base de la construcción de un fondo de emergencia para apuros extremos. El mayor interés se centra en sus variaciones de precios para poder especular en el corto plazo, a través de derivados anotados en cuenta que se liquidan por variaciones de precios. 

Sin embargo la mejor cualidad del oro, en forma física a través de lingotes o monedas, es su capacidad para intercambiarse por otros bienes y servicios de forma directa y bajo cualquier situación crítica. Como si fuese dinero, y es que hubo tiempos en los que el oro solo era dinero y el dinero era solo oro. 

Gracias a la antigüedad y fiabilidad de los registros británicos sobre su economía y de los cambios en los precios al consumo, podemos comprobar cómo, entre 1664 y el comienzo de la Primera Guerra Mundial, cuando el oro fue el patrón de respaldo de la moneda, salvo en el periodo de las Guerras Napoleónicas, el índice de inflación pasó de 100 a 91. Es decir que la misma cantidad de dinero servía para adquirir el mismo conjunto de bienes dos siglos y medio después.

Patrón natural

Publicidad
Publicidad

También llama la atención que, para que el oro fuese el dinero real, no hicieron falta reuniones o cumbres internacionales, sino que el patrón se impuso de forma natural. Sin embargo, para tumbarlo y dejar el terreno libre a los gobiernos para emitir y fotocopiar billetes, fue necesario retirarlo casi a la fuerza.

Así que reflexione sobre una realidad que se repite en cada nación, para los periodos en los que el oro tuvo su hegemonía monetaria y piense si se puede encontrar una reserva de valor tan duradera y fiable. El corto plazo es de los traders, pero el largo plazo es del sentido común.

Publicidad
En portada

Noticias de