Jesús Sánchez Quiñones: «Fue una aberración histórica que el BCE pusiera los tipos en negativo»

«Los mercados están viviendo un momento único en la historia debido a que la rentabilidad sin riesgo es negativa», afirma Jesús Sánchez-Quiñones. Por ello, aquellos inversores que quieran obtener algo de rentabilidad «deben asumir algo de riesgo». Reconoce que este año pueden producirse bastantes oscilaciones en los mercados y prevé que «las rentabilidades de 2019 serán, posiblemente, superiores a las del año pasado».

«Los mercados están viviendo un momento único en la historia debido a que la rentabilidad sin riesgo es negativa», afirma Jesús Sánchez-Quiñones. Por ello, aquellos inversores que quieran obtener algo de rentabilidad «deben asumir algo de riesgo». Reconoce que este año pueden producirse bastantes oscilaciones en los mercados y prevé que «las rentabilidades de 2019 serán, posiblemente, superiores a las del año pasado».

Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y Máster en Estudios Tributarios y Económicos, Jesús Sánchez-Quiñones se incorporó a Renta 4 en 1989, y desde 2006 ocupa el cargo de consejero-director general. Después de una trayectoria de 30 años, sus objetivos ahora en la entidad son aumentar el número de clientes y el patrimonio gestionado e impulsar el servicio de asesoramiento de sus clientes sobre el total de sus patrimonios que posean tanto en Renta 4 como en otras entidades financieras. 

Renta 4 Banco obtuvo en 2018 un beneficio neto atribuido de 16,1 millones, lo que supuso una caída del 2,5 por ciento. ¿Cómo valora estos resultados? 

Valoramos positivamente los resultados y sobre todo la buena evolución de Renta 4 Banco por la captación de nuevos clientes y de nuevos patrimonios. Aunque el resultado fue algo inferior al de 2017, teniendo en cuenta la dificultad del ejercicio, nos parece un resultado satisfactorio.

¿Qué importancia tuvo la banca privada de su entidad en estos resultados? 

Renta 4 tiene una gran parte de su actividad en banca privada y esta tiene cada vez más peso en el conjunto de los resultados del banco y va a seguir siendo así en el futuro porque en un escenario tan extraño como el actual, con tipos negativos y tipos cero, los altos patrimonios necesitan asesoramiento no solo en productos financieros sino del conjunto de su patrimonio.

¿Su banca privada ha tenido una evolución creciente?

Sí. Desde que empezó la crisis ha tenido una evolución creciente aumentando el número de clientes y el de patrimonio. Nos definimos como una entidad que ofrece servicios financieros no productos y pretendemos explicar al cliente no solo lo que hacemos sino por qué lo hacemos y cuál es nuestra visión sobre la situación actual de los mercados y nuestra previsión hacia el futuro. Estamos en un momento que no habíamos vivido nunca en la historia, en que la rentabilidad sin riesgo es negativa. El que quiera comprar una letra del Tesoro porque no quiera correr ningún riesgo le costará dinero. Esto es una aberración histórica que perjudica sobre todo a los ahorradores e inversores más conservadores.

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Se preveía que en septiembre de este año se iban a subir los tipos, pero parece que se va a retrasar hasta fin de año ¿esto perjudica a las entidades financieras? 

Sí. Société Générale acaba de rebajar sus estimaciones de crecimiento a futuro por el retraso de las expectativas de subida de los tipos. Pero no solo perjudica a las entidades financieras, los principales perjudicados son los inversores más conservadores porque los tipos negativos son un impuesto al ahorro y aquel que no quiera correr ningún riesgo obtendrá una rentabilidad negativa.

¿En este escenario los inversores están asumiendo más riesgo del que deberían para obtener más rentabilidad?

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No solo las personas físicas, también las instituciones. Cuando la rentabilidad sin riesgo está en niveles negativos hay muchas entidades que necesitan obtener retornos y asumen más riesgo. En el caso de las personas físicas es exactamente igual. El hecho de que los riesgos no se hayan materializado en un periodo de tiempo no significa que esos riesgos no existan y, por tanto, para nosotros es fundamental inculcar a nuestros clientes que mayor rentabilidad esperada implica mayor riesgo. Muchos colegas dicen que como la renta fija no da nada, la única opción es la renta variable, pero habrá que analizar muy bien si ese cliente es capaz de soportar las oscilaciones que vimos el año pasado y que previsiblemente veremos en un futuro en la renta variable, porque si no es capaz de soportarlo invertirá pero venderá en el peor momento. Es fundamental que cualquier inversor sea muy fiel a su perfil y que sus objetivos de inversión y rentabilidad cuadren con él.

Desde Renta 4 Banca Privada van a impulsar su servicio de consolidación de cuentas en grandes patrimonios. ¿Por qué quieren potenciar este servicio y qué beneficios generará para sus clientes? 

Es un servicio que llevamos ofreciendo desde hace algún tiempo a un número reducido de clientes y queremos ampliarlo. Consiste en asesorar a nuestros clientes no solo sobre el patrimonio que tienen en Renta 4, sino sobre el que tienen en otras entidades. Hay un principio muy recomendable que es la diversificación de la inversión entre distintas entidades. La gran mayoría de nuestros clientes trabajan con dos, tres o más y es fundamental que haya alguien que pueda hacer un agregado de todas las posiciones y darles unas recomendaciones sobre el conjunto del patrimonio.

¿Cómo se presenta 2019 para los mercados? ¿Se está queriendo anticipar una recesión?

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Hay algo que es fundamental entender y es que los ciclos económicos existen, han existido y existirán. Estados Unidos lleva 10 años de crecimiento ininterrumpido, el periodo más prologando desde la Segunda Guerra Mundial, y esto implica que más pronto que tarde entrará en una recesión. En Europa ya estamos viendo que en 2019 se está produciendo una desaceleración sincronizada del crecimiento. Esto no implica una recesión pero sí que los crecimientos de los próximos dos, tres o cuatro años no van a tener nada que ver con los que hemos obtenido en el pasado cercano y eso causa cierto nerviosismo en las bolsas y en los mercados de renta fija.

¿Los mercados y los inversores están preparados para este decrecimiento? 

El gran problema es que hay una gran diferencia entre Estados Unidos y Europa. Estados Unidos bajó los tipos hasta el cero, nunca por debajo, y desde entonces los ha subido nueve veces. Además, dejó de comprar bonos hace tres años y desde hace año y medio la Fed está reduciendo su balance. En Europa se pusieron los tipos en negativo, algo que fue una aberración histórica. Además, ha habido momentos de crecimientos de la UE por encima del 2 por ciento y los tipos siguen en negativo. Estados Unidos entrará en recesión en 2021, como muy tarde, pero tiene margen suficiente para bajar los tipos y para volver a comprar deuda, pero en Europa, con los tipos al -0,4 por ciento, el BCE los puede poner más negativos, lo que no tiene ninguna utilidad, y ¿va a volver a comprar deuda cuando acaba de dejar de hacerlo?... La gran incertidumbre para los próximos años es qué va a hacer el BCE ante una fuerte desaceleración de la economía europea.

¿Qué opciones tiene el BCE si se produce este escenario?

Es muy discutible que los tipos negativos ayuden algo y no perjudiquen. De hecho, cuando el BCE puso en negativo los tipos lo hizo para dinamizar la economía. Hoy el dinero que la banca no puede prestar lo tiene que depositar en el BCE y le cuesta el -0,4 por ciento. Hay 650.000 millones de euros de la banca depositados en el BCE, lo que significa que esta medida no está teniendo efecto y, además, penaliza tremendamente a los inversores. Por lo tanto, poner los tipos más negativos no sería la solución adecuada y volver a comprar bonos y distorsionar los tipos a medio y largo plazo implicaría que los inversores vuelvan a tomar más riesgos de los que les corresponde. Los tipos de interés de corto, medio y largo plazo están anestesiados por la actuación del BCE. Por todo ello es complicado saber qué medidas puede tomar el banco central ante una recesión. 

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¿Por qué activos apuesta Renta 4 este año para dotar de mayor rentabilidad a sus clientes de banca privada? 

Nosotros gestionamos inversiones y, lo que es más importante y más difícil, gestionamos inversores, por ello cualquier propuesta a cualquier inversor tiene que estar muy personalizada. No obstante, intentamos transmitir que para conseguir rentabilidad hay que asumir riesgo de algún tipo: riesgo de liquidez, riesgo de valoración de mercado...

¿Qué condicionará a las bolsas en los próximos meses y cuáles son los principales riesgos para los mercados este año?

Los mercados siempre tienen riesgos y cuando existe la sensación de que no existen hay que preocuparse enormemente. Ya hemos traspasado el pico del ciclo económico y hay incertidumbres que pueden afectar mucho más al crecimiento que otras. El principal riesgo es el tema comercial entre Estados Unidos y China. Cualquier traba al comercio internacional entre ambos países tendrá un impacto muy negativo sobre el crecimiento mundial y sobre las bolsas. Por otra parte, el Brexit sigue siendo una incertidumbre y los mercados están descontando que no habrá una salida sin ningún tipo de acuerdo, lo previsible es que haya una prorroga. Cualquiera de estas incertidumbres tiene un gran impacto sobre el crecimiento y sobre la confianza de los inversores y de los distintos agentes económicos.

¿2019 será un buen año para la banca privada en España?

Depende de lo que se entienda por ser un buen año. Nosotros en 2018 tuvimos unos resultados inferiores a los del año anterior porque las comisiones de éxito fueron muy pequeñas respecto a 2017. Es previsible que este sea un año con bastantes altibajos en los mercados, pero todo apunta a que las rentabilidades serán superiores a las del año pasado. Mientras tengamos tipos negativos y rentabilidades sin riesgo negativas se van a producir bastantes oscilaciones. A pesar de todo, para nosotros será un buen año si es un buen año para nuestros clientes.

«LA BOLSA ESPAÑOLA NO ESTÁ CARA»

En un entorno de tipos de interés en negativo, empresas como Repsol, Ferrovial, Cellnex, Acerinox... son interesantes para invertir, reconoce Jesús Sánchez-Quiñones, «debido a su política estable, consolidada y garantizada de distribución de dividendos». 

También reconoce que la bolsa española «no está cara» y si un inversor es capaz de soportar las oscilaciones del mercado e invierte en empresas sólidas, con buenos balances y que generan caja suficiente para mantener el dividendo «puede obtener una rentabilidad aceptable».

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