¿Cómo meter en cintura la monstruosa deuda de la economía española?

La monstruosa deuda que soporta la economía española y que llega al 97,6% del PIB es un problema macroeconómico de[…]

La monstruosa deuda que soporta la economía española y que llega al 97,6% del PIB es un problema macroeconómico de primer orden, con el agravante de que cada vez es más difícil rebajarla. No solo lastra el crecimiento potencial ya hace más vulnerable la economía ante posibles 'shocks' externos, sino que requiere dedicar una ingente cantidad de recursos al pago de intereses, que en el caso de España supone el 6% de sus ingresos presupuestarios. De ahí la necesidad de atajar el problema cuanto antes. 

Esta es una de las principales conclusiones del informe 'La deuda pública en España', elaborado por el Instituto de Estudios Económicos y presentado hoy por el presidente de la institución, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, un documento que pone blanco sobre negro respecto a los grandes peligros asociados a este elevado endeudamiento y ofrece soluciones para reducirlo. 

La acumulación de un stock de deuda elevado resulta siempre perjudicial para el crecimiento, de modo que una deuda pública superior al 90% del PIB está asociada a un crecimiento económico de entre uno y dos puntos porcentuales inferior al de periodos con menor endeudamiento. Además, explica el informe, "el elevado grado de apalancamiento vuelve a la economía más vulnerable ante shocks adversos y reduce el margen para llevar a cabo una respuesta contracíclica de política fiscal expansiva". Igualmente, "las necesidades de financiación pública pueden detraer recursos financieros para el sector privado, que iban a ser destinados a actividades productivas". 

El problema adicional es que la deuda pública condiciona también la política económica, ya que el estado se ve obligado a destinar una parte relevante de sus ingresos al pago de intereses. Para los ahorradores individuales esto también implica un problema, en forma de lo que se conoce como 'represión financiera', y que no es ni más ni menos que el establecimiento de tipos de interés reales muy bajos, a ser posibles negativos, para facilitar el servicio de la deuda, lo que evidentemente perjudicado al ahorro. 

Todos estos problemas han quedado en parte enmascarados por la acción del Banco Central Europeo, "cuyas políticas monetarias muy laxas" están camuflando los riesgos. El problema es que países como España están emitiendo deuda a un coste muy bajo, una situación que se dará la vuelta en cuanto el emisor europeo normalice su política monetaria. A su vez, ello ha conducido a una situación de riesgo moral, a un entorno que los autores denominan "de complacencia" y que se caracteriza por el hecho que los gobiernos no encuentran incentivos para acometer las reformas estructurales necesarias que permite rebajar el endeudamiento. 

Así, en la hipótesis prudente de que los tipos de interés fueran gradualmente convergiendo (a partir de 2023) con el promedio histórico de la unión monetaria, "si se mantuvieran los desequilibrios fiscales actuales la deuda se proyectaría hasta el 130% del PIB en 2050", recalca el IEE. 

Mejor reducir el gasto que subir los impuestos

Por estas razones, los autores del estudio consideran esencia "abordar decididamente el descenso de los niveles de deuda pública", poniendo el acento para ello en las medidas que menos afectan al crecimiento. Y la mejor idea es reducir el gasto, no subir los impuestos. De acuerdo con distintos estudios recientes, explica el IEE, "cuando los ajustes se hacen por la vía de la contención del gasto son más beneficiosos para el crecimiento que cuando se llevan a cabo mediante incremento de los impuestos". 

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En concreto, los ajustes fiscales que se realizan a partir del gasto público tienen menos efectos negativos sobre el crecimiento y estos se extienden durante menos tiempo que los que tienen lugar por la vía del aumento de los impuestos. De hecho, insiste el estudio, "buena parte de la diferencia viene del comportamiento muy desigual que se traslada a la inversión privada". Así, en el ajuste vía gasto, la confianza de los empresarios se recuperará antes, ya que un descenso del gasto traslada un mensaje de no subida de impuestos que libera rentas y aumenta la confianza de los agentes, en mayor medida cuanto más creíble es este mensaje. 

Por el contrario, el incremento de impuestos genera expectativas de nuevas subidas impositivas, lo que indice negativamente sobre las rentas y la confianza de los agentes. Además,  medida que el nivel de impuestos es mayor, los efectos, sobre el crecimiento y la inversión, de subidas adicionales de dichos impuestos son aún más negativos.

A este respecto, explica el IEE, las medidas pueden dirigirse a la contención del gasto, principalmente del menos productivo, y a la mejora en su eficiencia, donde existe una amplio margen de mejora. 

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Fuente IEE

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