MSCI ve deficiencias en la regulación climática de la SEC

MSCI, uno de los principales proveedores de rating e índices ESG del mundo, duda de que sin un sistema de medición correcto de las emisiones, la propuesta regulatoria sea efectiva

La nueva propuesta climática de la Comisión de Mercado y Valores (SEC) estadounidense no convence a MSCI, uno de los grandes proveedores del mundo en ratings e índices ESG.

Abrazada por el activismo climático, la propuesta normativa que quiere implementar la SEC dotaría al organismo de un mayor control de la divulgación climática de las cotizadas de Wall Street.

Sin embargo, MSCI considera que los escasos compromisos de las empresas para dar a conocer sus emisiones contaminantes dificulta la intención de la SEC de recaudar un mayor volumen de datos.

Ni un tercio de las empresas divulgan

MSCI destacó en un informe publicado esta semana que solo el 28 por ciento de las empresas divulgan sus emisiones Scope 1 y 2. Es decir, las que son generadas por la propia empresa y las relacionadas con la compra de energía, respectivamente.

Solo un 15 por ciento, además, divulgan algunos datos de sus emisiones Scope 3, las que se generan en la cadena de valor de las empresas, y cuya controversia reside en la dificultad de medir las emisiones de los clientes. En este apartado, tan solo un 2 por ciento de las empresas han establecido algún tipo de objetivo para reducir las Scope 3.

Es precisamente este punto el que genera más conflicto para los analistas de MSCI, ya que la normativa propuesta por la SEC no incluye un requisito de certificación para este tipo de emisiones.

Las tasas de divulgación más altas, siguiendo el informe publicado, se dan en sectores intensivos en emisiones, mientras que las más bajas en los menos intensivos.

La dificultad de la medición climática

La huella de carbono es un punto de partida para que los calificadores puedan evaluar los riesgos climáticos de las cotizadas. Datos “de particular interés” para los inversores, según explican Chris Cote y Kenji Watanabe, vicepresidentes de MSCI y responsables del informe.

Esa demanda de más información genera, explica el proveedor, una serie de cuestiones en torno a la normativa de la SEC. Por ejemplo, en cuanto a la exposición de las empresas a la fijación del precio del carbono, uno de los mecanismos propuestos, y a otros riesgos de la transición energética.

MSCI también genera dudas en torno a cómo el organismo pretende recopilar de forma detallada los objetivos climáticos de las empresas. En otras palabras, “no puedes regular lo que no puedes medir”.

Una docena de regiones del mundo, incluidas la Unión Europea, Canadá, China, Japón y los Estados Unidos, están adoptando poco a poco regulaciones climáticas alineadas con la normativa Task Force on Climate-Related Financial Disclosures (TCFD), la principal fuente de inspiración para la propuesta de la SEC. 

Sin embargo, el paulatino cronograma de implementación diseñado por el organismo supone un obstáculo para las cotizadas de Wall Street. “El camino por delante parece que será cuesta arriba para las empresas que cotizan en Estados Unidos, ya que la mayoría tendrá que dar sus datos de emisiones para cumplir los requisitos a partir de 2024, 2025 o 2026”, detalla MSCI. 

El activismo, a favor de la SEC

Si bien MSCI es uno de los primeros pesos pesados de la industria de la inversión que se pronuncia contra la SEC, sus dudas no fueron la tónica general entre el activismo accionarial.

La plataforma Ceres, que incluye a 200 inversores con 47 billones de dólares de activos bajo gestión, y principal impulsores de iniciativas climáticas como Climate Action 100+ o la Net Zero Asset Managers, dijo en un comunicado que la SEC “están finalmente atendiendo las llamadas tanto de los inversores institucionales como de empresas, reguladores y público”.

Carbon Disclosure Project (CDP), que recopila la divulgación climática de más de 13.000 empresas que representan más del 60 por ciento de la capitalización bursátil del mundo, elogió a la SEC por “dar este importante paso para mantener a Estados Unidos seguro y competitivo en la economía del futuro”.

Engine No.1, el fondo que más ha presionado a las ‘majors’ del petróleo estadounidense Exxon y Chevron, tildó la propuesta de “paso histórico”, aunque dijo que aún “queda mucho trabajo por hacer” para abordar la crisis climática.

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