El activismo dispara contra 500.000 millones en bonos ‘sucios’

Distintas plataformas activistas ambientales piden dejar de financiar a los mayores productores de gas, petróleo y carbón del mundo. Luego irán contra los inversores

El activismo climático ha disparado nuevamente contra las empresas de combustibles fósiles, que en conjunto tienen 491.000 millones de dólares en bonos circulando por el mercado, en una nueva campaña que llega para recortar los fondos para los productores que aún están ampliando sus emisiones de carbono. 

El mercado de bonos ha surgido como una “puerta trasera” a través de la cual las empresas de petróleo, gas y carbón están obteniendo financiación para nuevos proyectos o el desarrollo, según Nick Haines, gerente de la ONG activista SumofUs

“A medida que los préstamos bancarios para el carbón se han endurecido, el mercado sigue siendo un refugio seguro para que las empresas de combustibles fósiles financien expansión”, señaló el activista. 

30 empresas señaladas

Urgewald, el Proyecto Sunrise y otras organizaciones están detrás de la campaña lanzada la semana pasada. Señalaron a 30 empresas que planean desarrollar su producción de petróleo, gas o carbón, entre las que se incluyen b, líderes de estos sectores a nivel global. 

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ya avisó el año pasado que los planes de expansión en combustibles fósiles socavarán los esfuerzos globales para limitar el aumento de la temperatura global media al umbral crítico de 1,5 grados centígrados, tal y como recoge el Acuerdo de París.

“Nadie ha mirado todavía la gran cantidad de dinero que ha fluido a través de bonos a empresas que tienen grandes planes de expansión en carbón, petróleo y gas”, apuntó en una entrevista Alice Delemare Tangpuori, estratega senior de bonos en el Proyecto Sunrise. 

“Si echas un vistazo al sector de los combustibles fósiles, observas que solo las empresas con los mayores planes de expansión, particularmente para el carbón, muestran que dependen en gran medida de las reservas», añadió.

Las emisiones de gases de efecto invernadero repuntaron el año pasado a su “nivel más alto de la historia”, según reflejó la AIE en un informe reciente. 

Para subrayar la sensación real de crisis, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que el planeta ya está andando “sonámbulo” hacia una “catástrofe climática”. 

Próximo paso: los propietarios

El próximo paso de la campaña de del activismo climático será poner nombre -y, con ello, avergonzar- a los acreedores y tenedores de bonos que apoyan a esos rincones de la industria de los combustibles fósiles que ignoran las recomendaciones de la AIE. 

Las ONGs recogidas en la campaña también encontraron que las compañías de carbón con los mayores planes de expansión operativa recaudan 2,5 veces más capital a través de los mercados de bonos que a través de préstamos bancarios. 

En India y China, los bonos son ahora la principal fuente de financiación del carbón, según un análisis realizado por el Proyecto Sunrise. Según cifras de Bloomberg, las empresas del carbón han recaudado más de 12.000 millones de dólares en bonos en lo que va del año, muy por encima de los 5.000 millones recaudados en el mismo período de 2021.

Este ha sido uno de los comienzos de año más ocupados desde que se firmó el Acuerdo de París en 2015. 

Para que el mundo evite niveles catastróficos de calentamiento, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) ha dicho que es necesario detener la inversión, así como la rápida eliminación de la minería del carbón. También se pide una «reducción sustancial» en uso general de combustibles fósiles y financiamiento.

 “Ya no podemos darnos el lujo de descartar el mercado de bonos para asumir la expansión de los combustibles fósiles”, dijo Haines. 

Los activistas apuntaron que las cinco empresas que gastan más en exploración de nuevos recursos de petróleo y gas son PetroChina, CNOOC, Shell, China Petroleum & Chemical y Pemex, mientras que las que cuentan con mayor planes de expansión a largo plazo en petróleo y gas son QatarEnergy, Gazprom PJSC, Saudi Aramco, Exxon y Petrobras.

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