Las 4 áreas clave para invertir en transición energética

Los recursos naturales, la tecnología, los créditos titulizados y los bienes inmuebles se presentan como 4 sectores clave de inversión para acelerar la transición energética, de acuerdo al último informe de Janus Henderson

Los capitales buscan alternativas en transición energética. Foto de Walker Fenton en Unsplash

De cara a un 2023 en el que algunos expertos afirman que la ESG «volverá a superar al mercado», será tan importante hacerse las preguntas adecuadas a la hora de invertir como escoger correctamente en qué sectores llevar a cabo estas inversiones socialmente responsables, y de acuerdo a Janus Henderon, existen 4 áreas clave para construir una cartera centrada en mitigar las emisiones de carbono: la de los recursos naturales, la tecnológica, la de los créditos titulizados, y la inmobiliaria.

Y es que, según apuntó la gestora de activos en su informe de tendencias y oportunidades para el 2023, a medida que se acelera la transición energética global, es importante identificar de oportunidades de inversión que ayuden a agilizar este proceso.

«Creemos que los inversores deberían centrarse en estrategias de inversión que no solo alcancen sus objetivos de descarbonización mediante la exclusión de valores rezagados en materia de carbono, sino que también posicionen activamente su cartera de forma que capitalice las oportunidades relacionadas con el cambio a una economía con bajas emisiones de carbono», señalaron los expertos de Janus Henderson.

Bajo esta premisa, por tanto, el informe de la firma con sede en Londres identificó estas 4 áreas en las que «la demanda de soluciones para el cambio climático dará lugar a oportunidades para crear valor, al tiempo que se contribuye a reducir las emisiones».

El impacto de la transición energética en los recursos naturales

Que la transición energética tendrá un impacto más claro sobre el sector de los recursos naturales es un hecho que no escapa a ojos de Janus Henderson.

La firma, no obstante, recordaba que esto no implica que el sector vaya a quedarse obsoleto, sino que «impulsará la demanda de recursos naturales responsables».

El análisis de la compañía, por tanto, recomendaba asumir un planteamiento activo en el que «añadir empresas de recursos de alta calidad que se adhieran a prácticas con bajas emisiones de carbono», puesto que esto «puede dar lugar a rentabilidades ajustadas al riesgo atractivas a largo plazo, al tiempo que se apoya la transición a una economía más sostenible y con bajas emisiones de carbono».

Por ello, la firma ponía el foco en energías renovables, metales y materias primas necesarias para la transición energética (como puede ser el polisilicio necesario para las placas solares), así como empresas dedicadas al reciclaje o la economía circular, o a la producción de proteinas alternativas o a la reducción de residuos.

La importancia de la tecnología en el proceso de descarbonización

De igual manera que lo hizo Bill Gates durante el año pasado, el análisis de Janus Henderson dejaba claro que las nuevas tecnologías «serán fundamentales para optimizar el uso de la energía, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y acelerar la descarbonización».

Como muestra, la firma detalló que de 2013 a la primera parte de 2021 se invirtieron 222.000 millones de dólares en tecnología climática, y recordó que «las empresas tecnológicas podrían constituir una atractiva asignación satélite en los portafolios de renta variable de los inversores, ya que ofrecen una solución a la inflación basada en su capacidad para crear productos, servicios y procesos de producción más eficientes».

Por ello, recomendaba fijarse en empresas muy variadas, como pueden ser aquellas que trabajen en la democratización digital mediante inteligencia artificial o la educación y las finanzas tecnológicas, o en la construcción de infraestructuras bajas en carbono, por ejemplo.

El análisis de la gestora, no obstante, también señalaba la importancia de la seguridad de los datos en un mundo altamente digitalizado. Y en este sentido, reservaba un punto y aparte al crédito titulizado.

«La descarbonización de la renta fija suele debatirse en el contexto de la deuda corporativa y soberana, y menos en relación con el crédito titulizado, como los valores hipotecarios y otros valores respaldados por activos», detalló el análisis de Janus Henderson.

«Sin embargo, la demanda por parte de los clientes de deuda titulizada, con la clara intención de mejorar la huella de carbono de la cartera, se está acelerando», añadió.

Una afirmación bajo la que el informe de la empresa concluyó que «la titulización ‘verde’ puede desbloquear la financiación a sectores de la infraestructura financiera que no pueden acceder al mercado tradicional de bonos o préstamos, al tiempo que respalda los esfuerzos globales de reducción a cero».

La necesaria adaptación de las viviendas proporciona oportunidades para extraer rentabilidad

El último sector clave a la hora de realizar inversiones que ayuden a la transición energética es el inmobiliario, puesto que, «como consecuencia natural del uso de las mismas, las viviendas son responsables de alrededor de un tercio del consumo mundial de energía y de las emisiones de carbono».

Por ello, desde Janus Henderson recordaron que «el reto de la descarbonización de los edificios es inmenso, pero no imposible», y apoyaron que «apostar por la ecología en el sector inmobiliario es rentable, ya que el ahorro de costes energéticos, la mejora de la calidad de los edificios y el impacto positivo en la imagen de marca pueden aumentar el valor de los activos, el índice de ocupación y el valor de los alquileres».

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