Wall Street intensifica su activismo social tras la ilegalización del aborto

Blackrock, Jefferies, Bank of America, JPMorgan o Goldman son algunas de las firmas que costearán el viaje a sus trabajadoras a estados donde la interrupción del embarazado sea legal

La fuerte controversia generada por la decisión de la Corte Suprema estadounidense, con mayoría republicana, de dejar de amparar desde el gobierno estatal el derecho al aborto está dividiendo a Estados Unidos, pero no tanto a Wall Street.

Los grandes bancos de inversión norteamericanos y la mayor firma de inversión del mundo, BlackRock, han salido al paso señalando que dentro de las políticas de protección médica de sus empleados, costearán los gastos de transporte para aquellas empleadas que necesiten interrumpir el embarazo y que no puedan hacerlo en sus estados de residencia por haber sido ilegalizado.

Por el momento, varios pesos pesados de Wall Street, como Wells Fargo, JPMorgan, Goldman Sachs o Jefferies habrían adoptado esta decisión, de acuerdo con Bloomberg y Yahoo Finanzas. La cifra podría crecer, ya que la decisión de la Corte Suprema se hizo pública el pasado viernes y las comunicaciones se han ido conociendo a partir de ese momento.

Se espera que aproximadamente la mitad de los estados norteamericanos ilegalicen el aborto tras el paso dado por el tribunal federal, pero la decisión adoptada por los pesos pesados del sector financiero no es habitual.

Es raro ver a grandes empresas norteamericanas moverse para ‘enmendar’ una decisión judicial, aunque en este caso concreto se justifica por la defensa de los derechos humanos, y se produce en un clima cada más proclive en la defensa de criterios y derechos sociales.

A diferencia de lo que se percibe en las juntas de accionistas europeas, en Estados Unidos son muy habituales las propuestas de accionistas relativas a temáticas sociales; tanto en derechos laborales, como, por ejemplo en temáticas como el acoso sexual.

Wall Street, en auge de los derechos sociales

En los últimos años, Wall Street se está convirtiendo convertido en una fuente de reivindicación de los derechos sociales, en pleno crecimiento de la inversión responsable y la ESG, pero también en un intento para reforzar su reputación; seriamente dañada tras la crisis financiera.

Además de este movimiento a favor del derecho a decidir de las mujeres sobre la interrupción del embarazo, en los últimos años se han puesto programas y creado normativas muy enfocadas a reforzar a las minorías étnicas y también al colectivo LGTBI.

El movimiento ‘Black Lives Matter‘ provocó una oleada de revisiones de políticas raciales en varios grandes bancos de inversión, entre ellos Citi o Goldman Sachs, que han puesto en marcha programas de equidad social para recudir la brecha salarial racial y también su representatividad en puestos directivos.

Estos criterios están muy alineados con los pasos que se está dando en Europa para impulsar la presencia femenina tanto en el consejo de las cotizadas, como a nivel dirección. Un paso que dentro de poco dejará de ser ‘exigible’ para el mercado, para ser obligatorio a nivel normativo.

Bruselas habría logrado desbloquear después de una década lo que se conoce como la directiva de cuotas, por lo que la presencia femenina será obligatoria desde el punto de vista normativo.

La normativa de protección de datos estadounidense, menos restrictiva que la europea, abre más campos para corregir ineficiencias en representación de ciertos colectivos sociales.

Uno de los casos más paradigmáticos de los últimos meses es la imposición del mercado Nasdaq a sus cotizadas es la inclusión de minorías en sus consejos; tanto raciales como de género y orientación sexual; dando así más entrada a los colectivos poco representados, como el LGTBI+.

En línea con el espíritu del Código de Buen Gobierno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la normativa del Nasdaq no obliga a la inclusión de minorías, sino que fuerza a explicar las razones por las que no están presentes.

Por supuesto esta norma no gustó en el Partido Republicano, que trató de frenarla. Ahora es Wall Street se toma la revancha con el partido de Donald Trump con el veto al aborto.

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