¿Quién ganará la carrera de los vuelos al espacio?

La concatenación de éxitos de Blue Origin, la compañía aeroespacial fundada por el CEO de Amazon.com, Jeff Bezos, supone una presión añadida para Virgin Galactic

A principios de octubre, en una llanura del oeste de Texas, un equipo de ingenieros lanzó un cohete de combustible líquido de un solo motor diseñado para el transporte de pasajeros al borde del espacio. Al alcanzar casi los casi cinco kilómetros, el punto máximo de estrés aerodinámico, el cohete puso a prueba su sistema de escape de emergencia. La cápsula bulbosa superior, en la que se encontraría la tripulación, arrancó un motor independiente y se propulsó, aterrizando de forma segura a poca distancia. Este lanzamiento, el sexto que ha realizado con éxito en un año y medio Blue Origin, la compañía aeroespacial fundada por el CEO de Amazon.com Jeff Bezos, subrayó los esfuerzos llevados a cabo para crear una aeronave a prueba de desastres. El mes anterior, un cohete espacial de SpaceX, la compañía de Elon Musk, estalló en la plataforma de lanzamiento, llevándose por delante un satélite de Facebook de 200 millones de dólares. Virgin Galactic, la compañía de Richard Branson, que ha sido durante mucho tiempo el líder en las pruebas de vuelos suborbitales, ha tenido que reconstituirse después de que su avión cohete SpaceShipTwo sufriera un accidente. A la vista de sus últimos vuelos espaciales, Doug Messier, editor ejecutivo del blog sobre la industria espacial Parabolic Arc, afirmó que «Blue parece haberse puesto a la cabeza ahora mismo».

Blue Origin ha rehusado realizar declaraciones sobre este asunto. El CEO de Virgin Galactic, George Whitesides, ha afirmado que muchas de las personas que pagaron por adelantado vuelos en el SpaceShipTwo se han mantenido fieles a la empresa que dirige junto a Richard Branson. «Saben que es algo en lo que Richard va a volar, algo en lo que yo voy a volar y que voy a asegurarme de que nos sentimos cómodos subiendo a personas ahí», afirmó.

Un breve recordatorio para aquellos que no sean científicos aeroespaciales: Los cohetes de SpaceX han realizado cuatro viajes a la Estación Espacial Internacional, a 400 km de la superficie de la Tierra y a 20 veces la velocidad del sonido. Los cohetes controlados por ordenador de Blue Origin y los aviones cohete pilotados de Virgin Galactic compiten en un mercado distinto: viajes suborbitales de corta duración para observar la tierra y de investigación, que comienzan a 100 km del suelo y únicamente exigen triplicar la velocidad del sonido.

Dificultades

Virgin ha sido el rey en este campo desde que adquirió la tecnología y el equipo que están detrás del SpaceShipOne, que llevó a cabo vuelos suborbitales en 2004. Además del accidente de 2014, la compañía ha tenido dificultades para aumentar la potencia del motor del SpaceShipOne, de una potencia relativamente baja, para su uso en el SpaceShipTwo, de mayor tamaño. En palabras de Whitesides, «Mejorar este motor ha supuesto todo un reto. Pero actualmente estamos muy satisfechos con nuestro equipo y con el motor.»

En octubre, Blue Origin afirmó que el año que viene realizará vuelos de prueba con astronautas y, un año después, con pasajeros de pago. Whitesides ha declinado fijar fechas para Virgin.

Según Phil Smith, analista espacial sénior de Tauri Group, una empresa consultora, si no se da ningún otro retraso de producción, la compañía de Branson todavía sería capaz de comenzar con los vuelos comerciales al mismo tiempo que Blue Origin. Virgin también cuenta con una lista de reservas mejor. La compañía afirma que han cerrado unas 700 reservas para probar la ingravidez durante cinco minutos al borde del espacio. Los billetes cuestan 250.000 dólares y la compañía ya ha recibido 89 millones de dólares en concepto de depósito de reserva, según el Financial Times. (Whitesides no ha realizado declaraciones con respecto a las ventas.) Blue Origin, que comercializa una experiencia turística similar, no ha revelado datos sobre precios ni reservas.

Jeff Foust, redactor senior de la revista SpaceNews, opina que entre investigadores y aspirantes a astronautas, debería haber suficientes clientes para más de una compañía de vuelos suborbitales. Messier, de Parabolic, afirma que hay muchas personas que han esperado muchos años para atisbar la última frontera que probablemente estarían dispuestas a comprar un vuelo en cualquier aeronave. «Es probable», afirma, «que haya quien quiera probar ambos».

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