Los mineros saltan del barco del ether

A medida que la red de Ethereum se acerca a una versión 2.0 definitiva que está llamada a sacudir el ecosistema de las criptomonedas, los mineros se están alejando del barco de la segunda criptodivisa del mercado en busca de nuevos proyectos.

Así se desprende de los últimos datos ofrecidos por la casa de análisis Delphi Digital, que apuntaba en un informe publicado esta semana que la tasa de hash del ether sufrió una caída de cerca 10 por ciento desde mayo, principalmente a causa del impacto que tuvo el desplome del criptomercado en la rentabilidad de la minería.

"En los últimos tres meses, el precio del ether ha tendido a la baja desde los 3.500 dólares hasta un mínimo de 900 dólares. La caída de los precios significa que los mineros ganan ahora menos en valor dólares", explicaban desde Delphi Digital.

"Esta situación se ve agravada, además, por el aumento de los precios de la energía debido a la guerra, con el índice de precios de la energía subiendo a un máximo de cinco años", añadían.

Los mineros de ether, por tanto, vieron como subía la dificultad para añadir transacciones a la cadena de bloques de la criptomoneda - aumentando su tasa de hash-, a la vez que el valor de la misma se reducía y el coste de sus operaciones incrementaba, por culpa del contexto macroeconómico.

Y todo esto, a escasos meses para que la red Ethereum sustituya el trabajo de los mineros por el de unos validadores que estarán habilitados para confirmar transacciones tan solo con cumplir el requisito de disponer de 32 ethers.

El ether ultima su paso hacia una nueva red

La tasa de hash de una criptomoneda mide la potencia de procesamiento computacional utilizada por los mineros para asegurar la red.

Es decir, que a mayor tasa de hash, más potencia está empleando un minero particular y la red colectiva para verificar y añadir transacciones a la cadena de bloques de esa criptomoneda y, por tanto, más segura es esta red.

La tasa de hash del ether alcanzó máximos históricos el pasado mes de mayo, pero desde entonces acumuló recortes propiciados por diferentes motivos, como un desplome de su precio que hacía menos atractivo el trabajo de los mineros, o el coste de la energía anteriormente mencionado.

Desde Delphi Digital, aun así, no dudan en señalar que la transición hacia la red 2.0 de Ethereum también contribuyó a esta reducción en las operaciones de minería, dado que el paso a este nuevo modelo de verificación de las transacciones hará que los mineros dejen de obtener recompensas.

Lo que son malas noticias para los mineros del ether, no obstante, pueden ser buenas noticias para los inversores, dado que el paso a esta nueva forma de validación de su red está llamado a acelerar la velocidad de todas sus operaciones, atrayendo a cada vez más desarrolladores de proyectos DeFi y de NFT.

Una transición hacia la sostenibilidad que expanda el peso del ether

La mayor velocidad de las operaciones realizadas con la criptomoneda ether y su consecuente incremento en la acumulación de proyectos dentro del ecosistema, una vez se confirme el paso a esta nueva red 2.0, no será el único motivo que puede catapultar el precio de la criptodivisa.

Tal y como explicaba el portal de finanzas.com, Social Investor, la minería de bitcoin consumió tanta energía como Suecia el año pasado, provocando que el activismo climático centrara su atención en una actividad que el ether puede erradicar por completo con su paso a la red 2.0.

Tanto es así, de hecho, que el Comité Económico del Parlamento Europeo que trabaja en la aprobación de un marco regulatorio para el mercado de los criptoactivos (MiCA) pretendía imponer que, dentro del futuro escenario imaginado para las criptomonedas, aquellas que utilizaran el proof of work u otras metodologías de alto consumo energético, quedaran prohibidas.

El comité europeo terminó por rechazar la enmienda que proponía esta prohibición, pero sí reiteró que el marco regulatorio que se apruebe contará con un compromiso formal para que el ecosistema de los criptoactivos pivote hacia un modelo más sostenible, como el propuesto por el ether.

La segunda criptodivisa del mercado, por tanto, está acelerando su transición hacia un modelo 2.0 que debe cimentar su posición dentro del sistema, provocando que los mineros salten de su barco.

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