Merkel toma el control del euro

Angela Merkel ha dicho no a la "barra libre" del BCE para que compre deuda soberana de los Estados periféricos. ¿Qué signfica esto? En un horizonte cercano, que a España le queda poco para estar en la misma situación que lo están ahora Grecia, Irlanda y Portugal: pidiendo dinero para no entrar en suspensión de pagos.

En un horizonte más abierto, no significa otra cosa que el euro tiene los días contados. ¿Por qué entonces Angela Merkel se niega a dar su bendición a los "eurobonos" o a que el BCE compre deuda sin límite? Los mercados acaban de poner la deuda alemana en observación y ya nadie parece que pueda escaparse del tsunami de la crisis soberana. Sería lógico que la canciller alemana aceptase las tesis de su homólogo, y en otro tiempo cómplice, el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Pero, ¿cuánto duraría el remedio? Todos sabemos que el BCE no puede comprar la la deuda indefinidamente y el toque de los mercados en la colocación de deuda alemana del otro día hay que entenderlo en este sentido.

Además, es lógico pensar, como dice la señora Merkel, que si se va a hacer todo lo posible para no dejar caer el euro, primero habrá que poner unas cuantas condiciones (véanse esas sanciones a los incumplidores) e intentar volver a la alineación fiscal y presupuestaria. Y, si es necesario reformar los tratados, habrá que hacerlo. Eso dice, al menos, el sentido común. Además, habría que preguntarse, si en todas estas soluciones que se proponen desde los centros de pensamiento para salvar el euro no deberían consultarse con los ciudadanos. Desde los griegos hasta los alemanes, tienen derecho a decidir que se van a pasar los próximos 20 años pagando impuestos como ha pasado en Japón.

El problema es que, señora Merkel, a los países periféricos ya no les queda tiempo para eso. De momento, tras el "No" de Merkel, sólo cabe esperar una solución. Será Alemania la que marque los pasos a seguir a partir de ahora. Y eso pasa por intervenir, desde el Bundesbank, todas las economías del sur de Europa y su crédito. El que ya lo debe saber es Mariano Rajoy y si no, ¡al tiempo, señores!

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