Europa reconoce ahora que tiene un problema con la inmigración

No se si compartirán conmigo esa impresión que les escribía en el titular de esta nota o si consideran que[…]

No se si compartirán conmigo esa impresión que les escribía en el titular de esta nota o si consideran que es algo obvio e implícitamente reconocido en Europa. No pretendo decir que los ciudadanos de a pie descubramos ahora que existe un problema con la sobre-inmigración, sino que la Comisión Europea ha reconocido implícitamente esta semana que existe y que no sabe cómo pararla.

 

Después de dos semanas de conflicto entre Bruselas y París por la expulsión masiva de los gitanos rumanos, la Comisión Europea ha dado marcha atrás y no ha expedientado a Francia. Se ha limitado a pedir al Gobierno Sarkozy que afine o explique mejor su legislación sobre la libre circulación de ciudadanos de la UE. En realidad, la responsable de Justicia, Vivianne Reding, defendió frente a sus colegas la apertura de un expediente para perseguir al Gobierno Sarkozy por discriminación, pero no logró suficientes apoyos. La Comisión Europea se ha visto obligada a aceptar las garantías del Gobierno Sarkozy de que las expulsiones de este verano no iban dirigidas contra una minoría específica.

 

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Vamos, que si Francia decide que los gitanos rumanos son un problema serio y que no los quiere en su territorio, que se deshaga de ellos -porque la legislación europea se lo permite- pero sin que se note demasiado que va a por una minoría en concreto. Lo sé, pura hipocresía, pero es lo que hay. Las economías europeas ya no generan empleo y el poco que crean lo quieren defender; y es comprensible. A Sarkozy le sobran una minoría de rumanos de etnia gitana porque crean problemas. Pero ¿qué país europeo no tiene esos mismos problemas con alguna minoría que quiere disfrutar de las libertades de su país de acogida, pero intentando evitar las obligaciones del mismo?

 

Perdónenme, pero lo entiendo. Sarkozy, como Zapatero y todos los gobernantes europeos quisieran elegir quienes, cuándo, cómo y hasta cuándo pueden entrar en el país... pero no pueden. Sus propias leyes se lo impiden. Entonces, si Europa no puede elegir a los inmigrantes que recibe, debería por Ley elegir a los que expulsa. Suena radical, pero es razonable. Europa necesita leyes claras y comunes a todos los países del área que le permitan expulsar a los inmigrantes que no vienen a trabajar, a los que llenan sus cárceles, etc. Veánlo así: se podrían dar más papeles a los que vienen a trabajar si se los quitamos a los que vienen a vivir de nuestros servicios públicos. No se engañen, Europa ha aceptado así la necesidad de las expulsiones: sólo le ha pedido a Francia que se hagan de una forma más... sutil.

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