Cambio de discurso del BCE para 2009

Si el año pasado el Banco Central Europeo (BCE) se marcó un hito histórico cuando en las puertas de la[…]

Si el año pasado el Banco Central Europeo (BCE) se marcó un hito histórico cuando en las puertas de la crisis económica subió los tipos de interés de la zona euro un 0,25% hasta dejarlos al 4,52%, este año espero que asistamos a otro de igual importancia. Trichet se verá obligado a dejar atrás su obsesión por la inflación y cambiarla por la deflación.

De momento, la institución europea sigue haciéndose la dura si nos guiamos por su último cuadro macroeconómico. Para el 2009 prevé que la inflación se situe en una horquilla entre el 1,5% y el 2,1%; mientras que el crecimiento en la euro zona registrará tasas negativas entre el -1% y el 0%. Cifras alejadas de un escenario deflacionista, pero la realidad dirá si son erróneas o acertadas, pero la práctica o la teoría -en esto de deficiones económicas, nunca se sabe- dice que la deflación está llamando a la puerta para quedarse en el sofá con por lo menos varios trimestres en decrecimiento y los precios cayendo con el petróleo a la cabeza.

El vicepresidente del BCE, Lucas Papademos, en una reciente entrevista en Reuters, afirmaba que "hay muchas razones por las que el riesgo de deflación es considerado insignificante. No hay un riesgo visible de deflación en el horizonte", aunque reconoce que "la estabilidad de precios parece estar equilibrada, podrían mostrar una tendencia descendente. Si se confirma esta proyección, entonces es aconsejable una relajación adicional de la política monetaria". Parece que las expectativas que dejen los mensajes del BCE volverán a ser clave este año, dejando una puerta abierta ha decisiones drásticas en los tipos de interés.

No obstante, la mayoría de previsiones coinciden en que el BCE situará los tipos de interés en el 1,5% el próximo año, alguna no descarta la posibilidad de verlos más bajos, incluso los más pesimistas

los prevén al 0,75% con el tétrico escenario que conlleva.

En definitiva, el BCE tendrá que cambiar el discurso y ser más atrevido con sus decisiones olvidándose de los riesgos inflacionistas para espantar la temida deflación, estimular la economía y por fin para que llegue una notoria mejoría para acceder al crédito.

La buena noticia será para los hipotecados que podrán ver como la letra se abarata por fin. La caída del Euribor por debajo del 3,5% responde a una expectativas de nuevos recortes de tipos. Si se cumplen las previsiones fácilmente se podría situar en el 2% al recortarse el diferencial con los tipos oficiales, una vez que las tensiones desaparezcan del sistema interbancario.

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El BCE no podrá obviar el resto de drásticos recortes de el resto de bancos centrales. La Fed no dudará en acercar los tipos al 0%, desde el 1% actual, para impulsar la economía. Si la instución europea no cambia su política monetaria pronto verá como el euro se vuelve a disparar con lo que implica: una economía europea casi incapaz de recuperarse por la pérdida de competitividad.

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